Poemas para matar a un hombre (1999)
MATRIMONIO
Lo único que hacía en ese tiempo
era tirar de la balanza y respirar mal.
Mi lucidez no bastó para decir no.
Nunca estuvo ajeno a mi cuerpo
el paraíso se fue.
Aunque arañaba mi cuerpo
y me dolía,
lo único que hacía era reír,
aún no entiendo por qué.
Nunca mereció nada de mí.
Tal vez lleguen tiempos mejores
Y estoy triste porque sé
que debo esperarlos.
Las cosas no son como antes
nunca fueron como decían que serían,
me mintió,
todos me mintieron,
yo les mentí.
Ya no se puede hacer nada
La vida nos jugó una mala pasada,
Nos introdujo a los dos en el mismo juego
y con una sola balanza,
claro que él respira mal y yo no.
Ahora lo único que hago es reír,
Me río de toda esta maldita vida,
de esta maldita historia
que araña mi cuerpo,
que muerde mis pensamientos.
Estoy envejeciendo al lado de alguien
a quien debería matar.
ME PIERDO
Vanos son los intentos para desaparecer.
Ya no se puede dejar a la soledad,
ella habita en mí
más de lo que pudiste alguna vez.
Me pierdo en estas malditas horas largas.
La soledad no es buena compañía
y me duele pensar
que tampoco lo fuiste.
Ahora no me queda nada,
Quisiera perderme en los recuerdos,
Pero son más dolorosos
Incluso, que tu presencia.
PARTIDA
Sentada,
con la mirada en no sé cuantos rincones
sin despertar de mi letargo
aún trémula decidí partir.
Luego de varios años de encierro
de inagotables silencios
de lágrimas incomprendidas,
decidí partir.
Ahora,
sentada en la mejor silla del infierno
estoy tan lúcida
y todo se ve tan claro.
PREDICCIÓN
Mañana moriré.
Lo predijo la invisible mujer de mi cabeza.
Me gusta la idea,
es inesperada.
Tal vez,
me esperen la paz o el infierno
los ángeles o los demonios.
Lo que importa,
es que la compañía cambiará.
Otros serán cansancio y somnolencia
otros, los que martillen mi cabeza
los que juzguen mi corazón.
Me arriesgaré,
en el cielo nunca estuve,
y bueno será cambiar de infierno.
CORAZÓN DE SEGUNDA
Con mis propios ojos
He visto su ataúd hundirse bajo la tierra
Y todo sin cesar sigue avanzando,
Por eso tienen un aire grandioso.
Quién le habrá dicho
que mi corazón es de segunda.
Antes me gustaba acechar el amanecer.
Ahora la vejez se apodera de mí.
Sobre mi cabeza
El día es largo como el éter.
Hay silencio,
Y sólo un murmullo pasa sobre mí
Como sobre un campo despojado.
Sí. Mi corazón es de segunda.
QUERÍA
Quería que mirara mi cuerpo lánguido,
que se diera cuenta del tiempo pasado sobre él,
que descubriera
la juventud marchada y olvidada,
que mirara las telarañas en mis ojos,
su luz perdida.
Que me besara
y descubriera la hiel de mi lengua.
Todo fue en vano…
Su cuerpo
Su piel
Sus ojos
Su lengua
me abandonaron primero.
CAMBIO
He vuelto para cambiar de corazón.
Creo que es mejor de lo que esperaba,
ama demasiado;
y la verdad,
no lo soporto.
Quiero el de aquella malvada mujer
por la que tantos murieron.
Es lo suficientemente grande
para guardar odio,
y se acomoda perfecto
al hueco que ha dejado el anterior.
Ahora,
Sólo espero que llegues
Y que él
pase la prueba.
EMPERATRIZ
Busco entre inmortales
el camino hasta la eternidad.
Paso a paso erré el camino
me perdí en tribulaciones vagas
soñando encontrar una niñez
desaparecida en mis recuerdos.
Ahora con cordones de luna en mi cabeza
me doy cuenta de la insensatez de mi obrar
los hombres son sólo un poco de compañía
que acarician ese lado del corazón que no alcanzo.
Son sólo bufones para calmar la ansiedad.
No encontraré en otro ser diferente a mí
a la emperatriz de mi reino.
SOY LA MUJER
Soy la mujer
que tiene un hueco entre los pechos
y no amamanta su presente.
Que se niega a parir un futuro incierto.
Que ha sido de la época
en que hombres y demonios son los mismo.
Que le dijo adiós a las palabras de amor
por ser venenosas y dulces.
Que martilla cada día su cabeza
con la soledad.
Que vende hijos en almacenes de sueños.
Que escribe poemas
para matar a los hombres
porque todavía le teme a las armas de fuego.
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