Algunos poemas de: GOLOSINAS PARA COMER CON LAS MANOS SUCIAS




TEMBLOR
Es magnífica la vida
como nos mete de cabeza y corazón
en situaciones como esta.
Vos sabés a que me refiero,
¡Quién mejor que vos!
El leve temblor que siento
anuncia la llegada de tu cuerpo
que todavía se me hace extraño,
que todavía no reconozco.
Ese del que huyo sin saber por qué.
Qué querés que te diga.
Este temblor que siento
trae a mis oídos,
las palabras que no has dicho
y que no dirás,
porque vos sos así.
Que querés que te diga,
este leve temblor que siento
moja mis labios con la saliva
que tu lengua no me ha dado
esa que piensa tanto,
que dice tanto,
que calla tanto.
Que querés que te diga
este leve temblor que siento
viene con tus manos
cerebralmente diseñadas para tocar,
para fumarte el humo de la vida.
Que querés que te diga
este leve temblor que siento
vos.
 
SI SUPIERA
Si supiera la soledad
que le he puesto nombre a mis caricias.
Que las noches ya no son suyas.
Que mi deseo no busca más su abrazo.
Que le perdí la ruta al taciturno llanto.
Si supiera la soledad
que ahora el café tiene compañía.
Que las sábanas dejan mi olor por otro.
Que mi lengua encontró su gemela.
Que mis muslos abrazan otros perfectos y cálidos.
Si supiera la soledad
que decidí borrar el escrito destino.
Que he vuelto a sonreír.
Que volvieron las mariposas perdidas.
Que ya no estoy sola 
Que ya no estoy sola
Si supiera la soledad…

LO QUE BASTA
Hoy que haces parte de mi diciembre eterno,
vienes con alegría, traes alegría, alegras la vida.
Llegas en tu moto despeinado, aventurero
y pronuncias mi nombre
que suena a lo hermoso que eres.
Escribes, diseñas una nueva página en mi vida,
la mejor.
Imborrable, intachable, llena de cambios.
Con tu camiseta, tus jeans y tu amor
te acercas y acompañas lo que estoy siendo
eso que ahora es certeza.
Un te quiero
Una mirada
Un beso
y lo inesperado.

VIENES Y TE QUEDAS
Como si hubieras aparecido en algún rincón
vienes y te quedas.
Le das nombre a mi risa,
a mis sueños le pones color.
Las noches lluviosas son cálidas entre tus deseos.
Vienes y te quedas.
Me sostienes en tu pecho,
me acaricias como si fuera la última, la primera vez.
Me miras y sonríes,
con la boca que besa mis miedos más profundos
con los labios
que definen el contorno sombreado del dolor.
Vienes y te quedas.
Lo decides, lo disfrutas, lo provocas.
Amas mi amor,
extrañas la mirada bajo la almohada.
Sostienes las palabras melodiosas que gritan mis dedos.
Navegas hacia el horizonte de lo que nadie sabe.
Vences el olvido, sobrepasas el abandono.
Y recibes sin dudas, con preguntas
a esta que se ofrece, que se detiene en tu vida.
Vienes y te quedas, 
como yo.  
 




 

 

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