CAMINOS PARA LA CREACIÓN

 


Los caminos que se transitan para la búsqueda de la creación escrita son tan variados que describirlos sería casi que crear uno mismo. Cuando escribo poesía casi siempre los terrenos son propios, los caminos, las ventanas están adentro, las búsquedas están más centradas en las emociones o estados de ánimo de un momento particular en el que se posa la vida. Temas comunes, tópicos que van con uno porque hacen parte de la vida misma: el amor, la muerte, los sueños, la soledad... 

Túnel, vía férrea, San Cipriano, Valle del Cauca

PARTIDA

Sentada,
con la mirada en no sé cuantos rincones
sin despertar de mi letargo
aún trémula decidí partir.
Luego de varios años de encierro
de inagotables silencios
de lágrimas incomprendidas,
decidí partir.
Ahora,
sentada en la mejor silla del infierno
estoy tan lúcida
y todo se ve tan claro.

(Poemas para matar a un hombre, 1999)

No obstante, este adentro siempre es embestido por lo que pasa afuera, por los olores de la calle, la simbiosis que se genera entre los colores naturales y los artificiales que conviven casi como uno solo, las miradas de desconocidos que llegan o se van y dejan sombras como ausencias que nunca fueron, hasta el clima que cobija la calle interfiere en ese adentro que en el poema se abre y da vida a múltiples imágenes.  


EN LOS DÍAS DE LLUVIA

Aguacero en Boyacá, vía hacia Santander 

Cada vez voy errando más el camino

estoy destinada a la derrota, al antojo

a la frustración de lo no cometido

Esa soy yo, 

vana, mísera y fatal.

Suelta como loca desalmada

en búsqueda de frágiles por qué.

Con muchas esquinas misteriosas,

resquicios desolados 

y enormes ventanas abiertas.

No le temo a esto que ves.

Ya no me amargan las cicatrices, 

por el contrario,

 cada día me vuelvo más bella,  

más inerte. 

Vivo entre las sombras 

y las luces del alba.

Soy mitad hermana,  

mitad mariposa 

y a veces en los días de lluvia, lloro.

(Poecitas, 2013)


La calle siempre ha sido y será mi emoción más grade, el estado de ánimo sobre el que soporto muchas de mis vivencias. Es la calle la que recorro y me acoge cuando se cierra el espíritu para crear. Siempre provee una esquina nueva con una escena en la que uno no se puede detener pero provoca un deseo, un porqué; una terraza de la que salen voces y gritos que pintan palabras en las hojas en blanco; una carreta llena de frutas en la que suceden transacciones extrañas que sirve para detonar voces escritas. Esa es la calle: viejos, cemento, niños, polvo, bullicio que se deja leer a cada tanto y en la que se gestan innumerables posibilidades.  Es esa misma calle la que llena este nuevo libro de poemas que se construyó a partir de un recorrido  para narrar algunos lugares del centro de Medellín y que realicé con los chicos de Universo Centro a finales de 2019 y que dio nacimiento a su vez del libro de cuentos que se ha ido gestando como proyecto de grado para la Maestría de Escrituras Creativas en la universidad EAFIT. 


Reflejos, Ruta del Sol, Aguachica, Cesar



UN CHICO MALO
Entonces
busca las claves para desenterrar las clases de música
de la infancia y mantener la mirada juvenil. 
Siente que esa adultez que se exacerba en la rodillas
es solo mental. No le obedece a nada que sea recto.
No está hecho de material ordinario, lee y ve cine europeo
eso le hace caminar distinto en sus botas de vaquero.
Se pone camisetas, escucha rock alternativo
es un chico joven llegando a los cincuenta. 
Busca en los bolsillos cicatrices y amores
mueve la coleta y presume lo que tiene
con vasos de whisky y una moto custom.
Es un chico malo
que no duerme en las noches 
le tema a las deudas y a la soledad 
que le traquea en las rodillas. 

(Estas calles hechas de escombros, 2022)
 

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