INSPIRACIONES

Sería genial poder contar todo lo que inspira, poder mostrar lo que se siente y lo que llena alma con las obras de arte que movilizan el espíritu. 

Soy una mujer curiosa, me gusta explorar, preguntar y acercarme a saber más de lo que me llama la atención. Hace muchos años dejé atrás la vergüenza y ahora no tengo problema en preguntar y que se me note el deseo de aprender y conocer. 

Otros ya han contado la calle. Se han acercado al polvo que sale de sus historias, han mirado de cerca sus cuerpos hechos de cemento y ladrillo para entender lo que guardan en sus almas, lo que llena sus deseos.

Comparto solo 3 artistas de los muchos que me inspiran


Jorge Alonso Zapata 

Gran parte de su obra documenta la vida del centro de Medellín, especialmente la que es conocida como Barbacoas que es donde se encuentra su estudio, esta es uno de los lugares más deprimidos del centro, reconocido por la prostitución, las drogas y el peligro. 

Estas son algunas de las obras del artista. Las fotos son de mi autoría en su taller. 



Helí Ramirez, poeta y escritor que le apostó en sus obras a narrar historias de los barrios periféricos de Medellín.  Una pequeña muestra de su poesía. 


El miedo en un grito
Otra explosión se oye y disparos se escuchan
para que la tarde de falda gris
después de una ráfaga seguida de cansancio
llene su rostro la tarde de miedo
y los labios de quienes salen a buscar el bus o el metro
para sus casas huérfanos de alegría en la tarde,
despeguen los labios con segueta y se murmuren un
«buenas tardes» para perderse entre el miedo en un grito
al escuchar historias parecidas a las suyas
sobre los hombros en el bus o el metro al salir de la
tarde de falda gris y entrar a la noche de mirada negra
y despertar al amanecer de peludo horizonte…,
peludo horizonte.

Un día para otro su sombra
La vida cambia de un día para otro su sombra,
y otras son las ambiciones en un tiempo
que no se sabe a cuántos días equivaldrá;
Con oscuridad o claridad le rompo
el ojo ciego al destino que posa de duro.
Así las cosas, defiendo mi espíritu;
que mi espíritu no se vaya a doblegar.
Si lo logro,
hago fiesta.
Severa rumba hago.


No nací para morir antes de estar muerto
De las ilusiones que me hago a alguna llego.
Yo no nací para morir antes de estar muerto. Olvídese. Así
como no me quedé en la pared de una esquina pegado de grafiti
en fondo de pantalla para un video.
Nada está perdido para mí.
Y fuera de la consigna «plata o muerte»
que a veces tan burda suena cuando
se escucha desde la comodidad o desde un mediado estar
me he planteado otras consignas para ser
feliz entre la realidad cotidiana siempre de reina cruel
cuando se está encajonado entre
un Mínimo de salario que no entrega
una noche de fiesta ni aunque se le
amenace y de la amenaza se pase al
hecho de dejarlo en las afueras de la
ciudad de basura en una bolsa negra…, al
Mínimo. Claro. Con mayúscula.
¿Muy viniendo traición?
Cuidado con ese muerto que quiere hablar.


Edson Velandia, músico Colombiano de Piedecuesta, Santander. 
















 

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