Son como niños

Los hombres son como niños, así lo nieguen ellos y así lo queramos a todos gritos negar nosotras.
Hoy llegué a esa conclusión con mis amigas. Una típica discusión acerca de lo que hay qué hacer recién te casas o simplemente cuando llevas algunos años con tu novio. Posiblemente si apenas comienzas en alguna aventura amorosa, no lo vas a percibir. Pero seguramente todas aquellas otras que leen esto, estarán asintiendo con su cabeza y sabrán exactamente a qué me refiero.
Tengo una amiga recién casada y antes de asumir el esperado compromiso, otra le dio este consejo: “Lo que hagas el primer día por él, lo tendrás que hacer por el resto del matrimonio” ¿Y por qué? Es exactamente la pregunta que me hago. ¿Por qué hay que vivir con los hombres en una eterna educación? ¿Acaso no salieron ya del seno de sus madres, como para seguir bajo el amparo de otro? Pues, dejen que les responda mis queridas amigas. Salen de uno y nosotras le damos el otro, los hombres necesitan más protección, confort y educación de nosotras que al contrario. Y si quieres llevar una vida en la que no te agobien los quehaceres y lograr que estos sean compartidos. ¡A luchar se dijo! Los hombres por sí solos, no lo van a hacer, hay que llevarlos lentamente al hábito de recoger la ropa, de lavar los platos, de levantar la tapa del sanitario, etc, etc, etc…
Y a pesar de toda esta lucha, la mayoría de las mujeres tomamos la decisión de seguir a su lado, aunque a veces y a regañadientes, sea asumiendo el horrible papel de mamás.
No será acaso este el motivo por el que ahora tantas mujeres están tomando la decisión de no casarse o por lo menos de asumir compromisos serios. Pero la vida está cambiando, lo mismo que la prioridad de las mujeres. Todas aquellas que tenemos padres, no soportamos ver a nuestras como se desviven por satisfacer cualquier necesidad de nuestros papás. Qué más espejo que la generación en la que todavía se nacía para el matrimonio y para tener hijos. Ahora se nace para otras cosas, y el matrimonio y los hijos están quedando en otro plano, lo mismo que la abnegación frente a los hombres. No lo sé, yo soy de vieja guardia. Y todavía pienso que se puede educar a un hombre y poder tener una buena relación.

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